Monumentos y enclaves

Valera de Abajo está situada en las estribaciones occidentales del Sistema Ibérico en un paisaje de pequeñas alineaciones montañosas separadas por llanos y valles.

Esta villa se alza a la misma entrada de un lugar realmente impresionante entre dos cortados que recibe el nombre de Hoces del Zahorra y del Gritos, siendo un emplazamiento que domina las comunicaciones con la Mancha.

Hoz del Río Gritos

La imponente hoz del río Gritos esculpe y da forma al paisaje de los alrededores de Valera.

El visitante se encontrará un paraje con una flora y una fauna a las que bien merece la pena dedicar un paseo tranquilo para disfrutar de la zona.

Profundos cañones calizos modelados por la acción del río, vegetación variada en la que se alternan tomillares y romerales con comunidades de sabina negra o alamedas y choperas, ejemplares de halcón peregrino, de águila perdicera o de búho real componen un singular catálogo natural que hará las delicias de los amantes del turismo de naturaleza o de los deportes de aventura y aire libre, ya que los aficionados a la escalada son asiduos visitantes de este espacio.

Yacimiento de Valeria

En el pueblo hermano de Valeria, a escasos 7 km de Valera, tocando el mismo casco urbano, se encuentra la ciudad hispano-romana de Valeria.

Se trata de un yacimiento arqueológico enclavado entre las hoces de los ríos Gritos y Zahorra.

La acción erosiva de estos ríos ha dado lugar a un paisaje espectacular en el que se encuentran los restos de la ciudad romana, aunque también de la medieval.

Más información en su página web: visitavaleria.es

Carmelitas de S. José

Lamentablemente, de este antiguo convento se conserva sólo el templo y el antiguo claustro.

Se trata de un edificio de mampostería, con sillares en las esquinas y portada con arco de medio punto enmarcado por pilastras planas, que están rematadas por pináculos y una hornacina.

El interior es de una sola nave con cuatro tramos y cúpula de media naranja. 

Es recomendable la visita de la Talla del Cristo Yaciente en su interior.

Cueva de la Judía

Enclavada en los altos de la Sierra del Monje, constituye una de las cavernas más míticas y mejor conocidas de Cuenca, donde se realizaron numerosas expediciones en siglos pasados.

En su interior se abre la mayor sala subterránea de la provincia (400 m ) a 50 metros de profundidad, con una gran diversidad de formaciones calcáreas y amplias galerías.

Junto con la cercana Cueva de los Morciguillos, fue declarada Microrreserva al constituir un refugio de gran importancia para los murciélagos cavernícolas en la provincia.

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